"Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a
los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a
vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y
respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de
Israel: YO SOY me envió a vosotros" (Éxodo 3:13,14).
Desde tiempos antiguos, los hebreos han tenido criterios muy particulares para asignar nombres a las personas. Para ellos los nombres no eran simples títulos de distinción de las personas sino expresiones que comunican verdades sobre su carácter o naturaleza.
Por ejemplo, el nombre de Abraham significa “Padre de muchas gentes o de multitudes”; el de Eva, “madre de vivientes”; el de Bernabé, “hijo de consolación”; el de Daniel, “Dios es mi Juez”, y así por el estilo.
Lo mismo ocurre con los nombres[1] de Dios que encontramos en la Biblia: cada uno de ellos nos revela algo acerca de su carácter o naturaleza.
En las versiones castellanas de la Biblia, las palabras hebreas denominadas El, Eloah y Elohim son las que aparecen traducidas con el nombre de Dios. Los hebreos las utilizaron con mucha frecuencia para designar el nombre de Dios. A continuación, se ofrece una breve descripción de éstos y otros vocablos usados para Dios.
I. Nombres más comunes de Dios
1. El
El es una de las palabras más antiguas para referirse a Dios. Este nombre generalmente está relacionado con la verdad de que Dios es Uno, Fuerte y Poderoso. En el salmo 19:1, el rey David lo empleó cuando dijo: “Los cielos cuentan la gloria de Dios (El), y el firmamento anuncia la obra de sus manos”. Por otra parte, el vocablo El no solamente fue de uso exclusivo para denominar al Dios de la Biblia. Pues en la antigüedad también se empleó para traducir el nombre de una pluralidad de dioses paganos. Por este motivo, en las Escrituras, muchas veces el vocablo aparece acompañado de algún otro atributo[2] de Dios que lo permite distinguir de los dioses falsos. Por ejemplo, títulos como "Dios Eterno", "Dios Santo" y "Dios Omnipotente" hacen referencia al Dios verdadero, a la vez que comunican cualidades divinas de él que lo diferencian de cualquier dios o ídolo inventado o imaginado por los hombres. Comúnmente, en las Sagradas Escrituras, cuando encontramos nombres de personas o lugares terminados en El, significa que algo acerca de Dios se está comunicando. Este es el caso con nombres bíblicos como los de “Samuel” (que quiere decir "escuchado por Dios"); el de “Betel” (que significa “casa de Dios”) y muchos otros. La palabra El aparece unas 208 veces en las Sagradas Escrituras.
2. Eloah
Eloah es una palabra aramea, hallada especialmente en el Pentateuco.[3] Este vocablo también se utiliza para traducir el nombre de Dios. Probablemente, comunica los mismos significados que el vocablo El, referido anteriormente. Sin embargo, la palabra Eloah también ha sido entendida como la forma singular de la palabra Elohim cuya traducción y significado abordamos más adelante. El patriarca Job utilizó el vocablo Eloah cuando dijo las siguientes palabras: “Porque ¿cuál es la esperanza del impío, por mucho que hubiere robado, cuando Dios (Eloah) le quitare la vida?" (Job 27:8). Eloah aparece unas 56 veces en el Antiguo Testamento, de las cuales 41 veces aparece en el libro de Job.
3. Elohim
La palabra Elohim se menciona por primera vez en Génesis 1:1, donde Moisés declaró: “En el principio creó Dios (Elohim) los cielos y la tierra”. Elohim comunica la verdad de que Dios es Todopoderoso o Dios sobre todos los dioses. Estudiosos de los nombres de Dios afirman que Elohim es, probablemente, la forma plural de Eloah y el vocablo que más se repite en las Escrituras para referirse a Dios. Además, un aspecto que los eruditos bíblicos hacen notar con respecto a este vocablo es que, dependiendo del contexto en el cual se utilice, puede hacer referencia a ángeles, dioses, reyes o a jueces. Asimismo, existen dos interpretaciones importantes que se discuten sobre el vocablo Elohim. La primera, muy conocida, consiste en que en su forma plural, Elohim expresa la pluralidad de las personas de la Deidad,[4] es decir, Dios el Padre, Cristo el Hijo, y el Espíritu Santo. La otra interpretación tiene que ver con la afirmación de que Elohim hace alusión a la grandeza de Dios, a lo extraordinario que Él es, a su exclusividad como único Dios verdadero. No obstante, cualquiera de las dos interpretaciones que se asuman igual expresa la verdad acerca de Dios. Elohim aparece unas 2570 veces en las Escrituras.
4. Señor
La palabra Señor proviene de los vocablos hebreos Adon y Adonai. Por su parte, el nombre Adon comunica la idea de señorío y posesión mientras que el de Adonai expresa la verdad de que Dios es Señor sobre su creación. En el idioma griego, los vocablos para Señor son Kyrios o Despótes. En la Septuaginta,[5] la palabra Kyrios se empleó para traducir el nombre hebreo de Jehová y en el Nuevo Testamento para hacer referencia a Dios como Señor. La palabra Despótes es empleada en un sentido positivo tanto en la Septuaginta como en el Nuevo Testamento y denota que Dios es Señor y dueño de todo lo creado. Para un análisis de esta palabra, considere pasajes bíblicos tales como: Hechos 4:24; 2 Timoteo 2:21 y Apocalipsis 6:10.
5. Jehová
El nombre Jehová procede de la palabra hebrea Yahweh. Este nombre es el más usado en el Antiguo Testamento para referirse a Dios. Jehová es un título para Dios que indica que él es uno, eterno e inmutable. En el idioma hebreo se escribe con las cuatro consonantes Yhvh, y se cree que se pronuncia de esta manera: Yavé. Sin embargo, aunque no se conoce su pronunciación exacta, se le han colocado las vocales e, o a, quedando el nombre como Jehová. Dichas vocales fueron colocadas en virtud de que, en su gran mayoría, el Antiguo Pacto se escribió en un hebreo antiguo en el cual no se utilizaban vocales. Los hebreos sentían tanto respeto por Yahweh que preferían no pronunciarlo sino llamarlo por nombres tales como los de Adonai, Shadday, entre otros. Con esto buscaban cuidarse de no pronunciar el nombre de Dios en vano, en respuesta al tercer mandamiento del decálogo.[6]
II. Nombres compuestos de Yahweh (Jehová)
Los nombres compuestos de Jehová frecuentan a lo largo de todo el Antiguo Testamento, con excepción del libro de Esther.[7] Muchos de estos nombres fueron dados por hombres que experimentaron en sus vidas la intervención divina de Dios en distintas circunstancias que les rodearon. A continuación, basándonos en textos de las Sagradas Escrituras, referimos algunos de esos nombres con los cuales el Dios que revela la Biblia se dio a conocer.
a. Yahweh-Jireth
Yahweh-Jireth significa Jehová Proveerá. Es un nombre dado a Dios por su amigo Abraham. En Génesis capítulo 22 se registra que Dios pidió a Abraham que le diera en sacrificio a su único hijo Isaac. Abraham, por su parte, respondió obedientemente a esta petición. Sin embargo, antes de Abraham degollar a su hijo para llevar a cabo el sacrificio, el ángel de Jehová le dijo: “No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único” (Génesis 22:12). Tras estas palabras, la Biblia dice que Abraham alzó "sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá” (Génesis 22:14). Al meditar en esta experiencia, es interesante saber que así como Dios proveyó un cordero para librar la vida de Isaac en el sacrificio que ordenó a Abraham, así el mismo Dios nos proveyó a Jesucristo, quien murió en la Cruz del calvario en nuestro lugar para salvarnos de nuestros pecados y de la condenación eterna. Hoy Jesús continúa siendo ese cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). Todo aquel que viene a él en genuino arrepentimiento y fe es salvo de todas sus transgresiones.
b. Yahweh-Rapha
Yahweh-Rapha significa Jehová tu Sanador. Este nombre aparece registrado en Éxodo 15:26, donde Jehová exhortó a los israelitas: “Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador”. Dios es el que sana a su pueblo tanto del cuerpo como del alma. En el Nuevo Testamento vemos que estando Dios encarnado en la persona de su Hijo Jesucristo, Él sanó de manera extraordinaria a muchos entre el pueblo, tanto del cuerpo como del alma. Hoy, en su soberana voluntad, la mano de Dios no se ha cortado para sanar. Conforme a su voluntad y misericordia, Él es poderoso para obrar salud tanto física como espiritual en nuestras vidas si le pedimos con fe, no dudando nada. Pues para Dios nada es imposible (Lucas 1:37). Dios no ha dejado de ser nuestro Sanador. Podemos acudir siempre a él, en plena certidumbre de fe, para recibir según su soberana voluntad en nuestras vidas.
c. Yahweh-Sabaoth
Yahweh-Sabaoth significa Jehová de los Ejércitos. Comunica la idea de que Dios es el Dios de las hordas o huestes celestiales. Hace referencia a Dios como el guerrero que obtiene las victorias en las batallas de su pueblo. También comunica que Jehová es el que gobierna sobre los ángeles, sobre el reino de los hombres, sobre los cielos y la tierra, y sobre el cosmos.[8] El profeta Isaías, al hablar sobre el juicio y redención de Jerusalén, refirió el nombre de Jehová de los Ejércitos cuando dijo estas palabras: “Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios” (Isaías 1:24). El nombre Yahweh-Sabaoth también indica que Dios es el que reina sobre todo lo creado, arriba en los cielos y abajo en la tierra. Y esta es una de las poderosas razones por la cual nosotros podemos confiar plenamente en que Dios tiene todo bajo control. A la nación de Israel le fue dicho: “Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre” (Isaías 54:5).
d. Yahweh-Elyon
Yahweh-Elyon significa Jehová el Altísimo. Este nombre comunica la verdad de que Dios es soberano y está por encima de toda su creación. Nos habla de su majestad y señorío absoluto. Nos dice que solo Dios debe ser exaltado por toda la creación. La Biblia declara: “Porque tú, Jehová, eres excelso sobre toda la tierra; eres muy exaltado sobre todos los dioses” (Salmo 97:9); “Porque Jehová el Altísimo es temible; Rey grande sobre toda la tierra” (Salmo 47:2); El nombre Yahweh-Elyon también fue pronunciado por Melquisedec, en su encuentro con Abraham, cuando él declaró: “Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra” (Génesis 14:19). Este nombre indica claramente que el Dios Altísimo está por encima de todos nosotros. No existe autoridad más alta que Dios, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra. Él está sobre todos.
e. Yahweh-Roih
Yahweh-Roih significa el Señor es mi Pastor. Este nombre revela que Dios, como Pastor, es quien ama, cuida, alimenta, guía, bendice y defiende a sus ovejas, es decir, a sus hijos. El nombre Yahweh-Roih aparece en el famoso Salmo 23:1, donde el rey David expresó: “Jehová es mi pastor; nada me faltará”. David conocía muy bien la labor de pastor, pues él mismo tenía experiencia como pastor de ovejas. Sin embargo, en dicho salmo, él se coloca a sí mismo como una oveja bajo el cuidado de Dios, a quien correctamente identifica como su Pastor. En el Nuevo Testamento, nuestro Señor y Salvador Jesucristo también es llamado Pastor. Cuando Él estuvo en esta tierra, siendo verdaderamente Dios y verdaderamente Hombre, se identificó ante sus discípulos como el buen Pastor, el cual dio su vida por nosotros (Juan 10:11). Hoy, todos los creyentes en Cristo tenemos el privilegio de tener y llamar a Jesús como nuestro buen Pastor. Él nos amó de tal manera que dio su vida en la Cruz en nuestro lugar y resucitó al tercer día para salvarnos de nuestros pecados. Él es el Pastor y Obispo de nuestras almas (1 Pedro 2:25), Él es el "príncipe de los pastores" (1 Pedro 5:4).
f. Yahweh-Tsidkenu
Yahweh-Tsidkenu significa el Señor es nuestra Justicia. El profeta Jeremías se refirió a este nombre cuando dijo: “En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra” (Jeremías 33:16). El nombre Yahweh-Tsidkenu señala que Dios es la justicia de su pueblo. Envía el mensaje de que siempre debemos esperar de Dios lo que es justo y recto porque Él es absolutamente Justo por naturaleza. En varios pasajes del Nuevo Testamento, también nuestro Señor Jesucristo es identificado como nuestra justicia. Por ejemplo, en 1 Corintios 1:30, se nos dice: "…por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención". En 2 Corintios 5:21, acerca del mismo Jesucristo, se nos declara que "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Corintios 5:21). La biblia nos muestra claramente que Jesucristo vivió una vida de perfecta santidad, amor, rectitud y obediencia a Dios. Nos enseña que a través de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo nosotros somos justificados por medio de la fe en Él (Romanos 5:1). Para entrar a la presencia del Dios que es Santo y Justo se requiere perfección moral absoluta en todos nuestros pensamientos y obras, algo que es imposible para nosotros los hombres a causa de nuestras debilidades al estar en un cuerpo de carne. Es por ello que solo vestidos de la justicia de Cristo podemos entrar a la presencia de Dios. El creyente sincero que entiende y acepta esta verdad bíblica alcanza una correcta visión del cristianismo. Quien alcanza un correcto entendimiento de la doctrina de la justificación en Cristo sirve y obedece a Dios con gozo porque sabe que ha sido justificado "gratuitamente por Su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús" (Romanos 3:24).
g. Yahweh-Shalom
Yahweh-Shalom significa Jehová es nuestra Paz. Este nombre fue dado a Dios por Gedeón en un contexto donde la nación de Israel, por haber hecho lo malo ante los ojos de Jehová, estaba siendo atacada por los madianitas. Yahweh-Shalom comunica la idea de que Dios es la fuente de nuestra paz e implica que podemos tener total confianza y seguridad en Dios, sin importar las circunstancias en las que estemos. Por medio de su Ángel, Dios había enviado a Gedeón a salvar a su pueblo de manos de sus enemigos. Sin embargo, Gedeón tuvo temor sobre si saldría vencedor o no en la batalla contra los madianitas. Pero Dios le consoló, le dio paz y seguridad con estas palabras: “Paz a ti; no tengas temor, no morirás” (Jueces 6:23). Tras recibir esta consolación, la Escritura declara que entonces Gedeón edificó un altar a Jehová, y lo llamó "Jehová-salom” (Jueces 6:24), que quiere decir Dios es nuestra paz. Hoy en día los creyentes no deberíamos temer a las presiones y huestes de maldad que nos amenazan y asedian cada día. No debemos temer a los que nos puedan hacer los enemigos de la cruz de Cristo en este mundo. El motivo es poderoso: Dios es nuestra paz.
h. Yahweh-Qadesh
Yahweh-Qadesh significa el Señor que santifica. Este nombre aparece registrado en Levítico 20:8, que dice: “Guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico”. El nombre Yahweh-Qadesh expresa la idea de que Dios es el que separa para sí mismo a su pueblo, es decir, lo santifica. Por ejemplo, Él había separado para sí a la nación de Israel de entre todos los pueblos de la tierra para que le fuera un pueblo santo y especial. El Yahweh-Qadesh nos llama a vivir para sus propósitos santos (Mateo 4:10). Y debido a que Él es Santo debemos permanecer separados de todas las prácticas, hábitos y costumbres pecaminosas de este mundo. Los creyentes en Cristo nunca debemos perder de vista que, aunque estemos en este mundo, no somos de este mundo (Juan 17:16). Hemos sido separados y purificados por Dios, por medio de Cristo, y ahora el Espíritu Santo obra en nuestros corazones para que vivamos de tal manera que tengamos como fruto la santificación y como fin la vida eterna (Romanos 6:22). Este es el sentido de ser santo. Aunque la palabra hebrea qadosh, que es la que se traduce como “santo”, significa básicamente ser separado para Dios, es preciso señalar que ésta también comunica un sentido de pureza y limpieza.
i. Yahweh-Nissi
Yahweh-Nissi significa el Señor es mi estandarte y/ó El Señor es mi bandera. Este nombre fue dado a Dios por su siervo Moisés en la victoria que obtuvo Israel en la batalla con Amalec, en Refidim. En esta batalla, cuando Moisés alzaba su mano, Israel prevalecía. Pero cuando él la bajaba, entonces prevalecía Amalec (Éxodo 17:11). Como Israel terminó venciendo a Amalec, entonces Moisés edificó un altar y llamó a Jehová con el nombre de “Jehová-nisi” (Éxodo 17:15), que traducido es “El Señor es mi Estandarte”. De igual manera, para nuestro consuelo y fortaleza, Dios es nuestro estandarte como iglesia. Gracias a Él, podemos vencer a las huestes espirituales de maldad que pretenden destruirnos porque tenemos a Dios como nuestro estandarte. La Biblia dice: “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31).
j. Yahweh-Sama
Yahweh-Sama significa Dios está aquí o presente. Este nombre es mencionado en Ezequiel 48:35, que dice: “En derredor tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la ciudad desde aquel día será Jehová-sama”. En este pasaje el profeta Ezequiel estaba haciendo alusión a la restauración del pueblo de Israel, nación en la cual Dios estaría presente. Apocalipsis 21:3, también nos comunica la misma verdad con respecto a esta morada de Dios con su pueblo, con estas palabras: “Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”. En un sentido especial, Dios está presente en nosotros los creyentes por medio de Cristo y por el ministerio del Espíritu Santo en nuestras vidas. Mientras esperamos el día en el cual hemos de recibir cuerpos glorificados, Dios está realmente presente en nosotros. No estamos solos. Los creyentes que quedemos hasta la venida de Cristo, tenemos la promesa de que seremos arrebatados juntamente con los que murieron en Cristo “para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:17).
k. El Olam
El Olam significa Dios Eterno. Este nombre comunica la verdad de que Dios es Eterno. Él no tiene principio ni fin de días. Él no tiene una causa que le diera origen. Él es la causa misma de la existencia. El Salmo 90:2, lo asevera así: “Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”. La Biblia dice que Abraham, después de haber hecho pacto con Abimelec en Beerseba, plantó en ese lugar un árbol tamarisco e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno (Génesis 21:33). La verdad de que Dios es eterno es anunciada en las Sagradas Escrituras con mucha frecuencia. La realidad de su eternidad nos debe motivar siempre a no aferrarnos a nada material en este mundo sino a El Olam Dios eterno. Así que vivamos el presente a luz de la eternidad del Dios que es Eterno.
l. El Roi
El Roi significa el Dios que me ve. Este nombre fue dado a Dios por Agar, la sierva de Sarai y Abraham. En el capítulo 16 del libro de Génesis se nos relata que Sarai, esposa de Abraham, decía que su esclava Agar la miraba con desprecio. De acuerdo con este relato bíblico, era por ese motivo que Sarai afligía a Agar mientras esta se encontraba embarazada de Abraham (con previo consentimiento de su misma esposa Sarai). Agar, como no podía soportar la aflicción de su señora, huyó de su presencia y fue a parar junto a una fuente de agua en el desierto. Sin embargo, el Ángel de Jehová la encontró y le dijo que volviera sumisa a su Señora. Le declaró, además, que su hijo se llamaría Ismael y que Jehová multiplicaría su descendencia y que su aflicción había sido escuchada. Luego de esas palabras consoladoras para Agar, la Biblia registra que ella llamó el nombre de Jehová de esta manera: “Tú eres Dios que ve” (Génesis 16:13).
m. El-Gibhor
El-Gibhor significa Dios Fuerte. Isaías 9:6 declara: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9:6).[9] El nombre de El-Gibhor comunica la idea de que el poder de Dios es invencible. Nos habla del Dios "fuerte, grande y temible” (Nehemías 1:5), y que todo lo puede. Los creyentes estamos llamados a fortalecernos en el Dios Fuerte y en el poder de su fuerza (Efesios 6:10). Siempre debemos ir hacia Él porque Él es la fuente de nuestra fortaleza. Dios es el que "da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Isaías 40: 29).
[1] Los nombres de Dios, revelados
tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, nos enseñan mucho acerca del
carácter y naturaleza de Dios. Los creyentes, comúnmente, nos referimos al
Creador con nombres tales como Dios,
Jehová y Señor, pero la Biblia también utiliza otros nombres compuestos de
él que nos comunican más acerca de su ser, poder y obras. Por ejemplo, los
nombres "Dios es tu Sanador", "Dios Proveerá", "Dios
es mi Pastor", "Dios Omnipotente", "Dios es mi Justicia",
el "Dios que me ve" y otros, que se consideran en este capítulo, son nombres
compuestos de Dios que enriquecen nuestro entendimiento de Él, a la vez que nos
hablan de su ser extraordinario y de sus obras.
[2] Atributo: es una
cualidad divina de Dios. Por ejemplo, cuando la Biblia dice que Dios es Amor,
Santo, Justo, Fiel, Inmutable, entre otros, está haciendo referencia a sus
atributos divinos.
[3] La palabra
pentateuco significa "cinco rollos". Viene del griego pénte (cinco) y
teuchos (rollos). Se refiere a los cinco primeros libros del Antiguo Testamento
(Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio).
[4] La Deidad es una
palabra bíblica que puede ser usada para hacer referencia a Dios el Padre,
Cristo el Hijo, y al Espíritu Santo como tres que son uno. Aunque el término
“Trinidad” comunica la misma verdad que enseñan las Escrituras acerca de Dios
como Uno, se prefiere utilizar la palabra “Deidad” por ser esta la palabra que
aparece en las Sagradas Escrituras para la divinidad.
[5] La Septuaginta es
la traducción del Antiguo Testamento del idioma hebreo al griego.
[6] Decálogo: Los diez mandamientos.
[7] El libro de Esther es el único de las
Sagradas Escrituras en el cual el nombre de Dios o Jehová no aparece. No
obstante, es reconocido como un libro inspirado por Dios, que forma parte del
canon bíblico.
[8] Cosmos: proviene de un vocablo griego que
significa la totalidad de las cosas creadas.
[9] Esta es una de
las profecías del Antiguo Testamento que apunta a Jesucristo como Dios.
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